Entre más hables, menos me importas. Es que, la verdad, me da igual tu vida. No sé por qué tú te atormentas de lo que yo piense de ti, cuando no debería importarte, ¿no crees? Eso ya es tan viejo, ya estamos grandes para eso. Hasta me da pereza seguir hablando de esto. Suerte.
2 comentarios:
No entiendo la crueldad
¿Cuál crueldad, Anónimo?
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