31 ago 2010

Little dreams

Hoy desperté con la piel erizada por el frío. Podía escuchar como mis dientes rechinaban pero, de repente el silencio calló hasta el sonido más ensordecedor. Cerré los ojos tratando de recordar qué fue lo que soñé. Al cerrarlos, la oscuridad se impregnó de un sentimiento ávido, nítido, colorido. Pude ver toda la felicidad que busqué en lo más profundo de mí ser. Ahí estuvo siempre, sólo necesitaba encontrar ese momento de tranquilidad y sufrimiento. Abrí los ojos, observé cada rincón de mi melancólica habitación y sonreí. Estoy despierta y todos los días que abro los ojos, es una aventura más en mi vida.

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