15 nov 2007

Dream, dream.

Dime como puedo encontrar la respuesta a esto. Son tantas cosas en mi cabeza que siento que mi cabeza seguirá inflándose y explotará justo en tu cara. Son demasiadas cosas al mismo tiempo, tantos sentimientos encontrados, tanta presión en mi espalda. Si encontrara la respuesta a esta situación, dime por favor que todo estará mejor y que toda esta confusión presente se desvanecerá y quedará en el pasado, en el ayer. Mi historia se resume en confusión, empieza con tanta dificultad y termina en dolor, un doloroso final. Me siento desesperada, con ganas de gritar y que ese grito de desesperación desaparezca todo esto. Quiero tenerte junto a mí, quiero a ese niño que siempre se preocupa por mi y que nunca me decepciona. Te necesito aquí conmigo, necesito respirarte, embriagarme de ti, de tus labios. No me quiero dar por vencida, es a ti a quien yo quiero, bésame, muérdeme y hazme tuya de una vez. Mi cuerpo se derrite por ti, mis ojos brillan cuando te ven, me acelero con tan sólo escuchar tu maravillosa voz, tan única, tan perfecta, tan tuya. Las estrellas se ven mejor cuando estas tú a mi lado, el sonido de las olas me llenan más, el Sol no me molesta. Pero no, hoy ya nada es igual, tu estas allá y yo acá, tu en tu mundo y yo en el mío, tan cerca y tan lejos. ¡Oh vida mía! Tan lejos de tus labios, de tu piel, de ti. El cielo llora por nosotros, aún no se le hace vernos juntos, amándonos, siendo sólo uno. Peleo con viento, grito y soy capaz de escuchar mi eco, como quisiera que ese eco llegará hacia ti. No llores, el sueño aún se sigue viviendo, la realidad imperfecta se hace más lejana. Te di mi alma y mi corazón, lo aceptaste y lo conservas. No te culpes, nadie tiene que tener la culpa de esta situación. Sé que aunque no estés siempre estarás a mi lado de alguna forma y lo sé, lo sabes. Tal vez en estos momentos ni siquiera me piensas, pero acá estoy pensándolo, haciéndolo mío, viviendo mi fantasía. A pesar de todo, sigo en pie, sigo respirando, puedo seguir amándote, seguir soñando, sonriendo. Dos mil heridas no se curan con agua salada, pero yo quisiera curarlas, así lo haré. Mi corazón aun no se convierte en pequeñas partículas de dolor porque sé que lo cuidas como si fuese un diamante al cual hay que cuidar su brillo. Aún no tengo respuesta, aún no entiendo por qué te amo tanto, por qué me importas más tú que yo. ¿Aún tengo remedio? Mi vida no se terminado, no puedo quedarme, rendirme. En la Luna estas y yo sin alcanzarte. Sácame de este mundo y llévame al tuyo.

1 comentario:

Ana Caballero dijo...

wow... sin palabras hija...