Verás, es que contigo pierdo cualquier pizca de pudor que pueda haber en mí.
Si me provocas, te provoco. Si me tocas, te toco. Si gimes, gemiré contigo.
Sí, juntos viajamos más allá de las nubes que cobijan nuestra piel empapada.
Tal viaje turbulento, frenético. Lleno de suspiros y respiración agitada.
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