La brisa del mar termina en mi rostro.
La arena suave y húmeda, se queda pegada en mis pies.
El agua tibia moja mis piernas, dejándome una sensación placentera.
El cielo es perfecto. Volteo a la derecha y es azul. Volteo a la izquierda y es gris.
La nubes, blancas y hermosas, están sobre mí, sobre el mar.
Yo, camino por la orilla del mar y las olas mueren en mis pies.
El viento sigue haciendo de las suyas, acariciando cada parte de mí.
El sol, que escondido esta por las nubes, es magnífico.
Veo a los niños corriendo por allá, gritando con felicidad y sonriendo sin cesar.
Hoy, es una tarde maravillosa e inolvidable, no me quiero ir.
El sonido de las olas es único y relajante, creando una hermosa sinfonía.
Cierro mis ojos, y por un momento me veo solo a mí y al mar rodeando mi cuerpo.
El momento exacto para decir que, mi cuerpo esta tranquilo.
Nubes, olas, viento, brisa, cielo, sonrisas...mi tarde perfecta.

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