Lluvias de lágrimas no describen mi dolor,
Gotas de sangre he tomado, adoro su sabor,
Grito con coraje clamando tu amor,
Pues no quiero perderte, mi amor.
Cementerios, tumbas y flores,
Es lo que quiero ver entonces,
Muerte, sangre y sufrimiento,
Algo que siempre me encantó.
Ahora tú eres parte de mi alma,
Prendes en mi corazón esa llama,
Que me quema suavemente por dentro,
Lo admito: tranquilidad en ti encuentro.
Te confieso que te amo demasiado, mi vida,
Quisiera estar contigo hasta la eternidad,
Donde la muerte; triste y celosa se suicida,
Porque nosotros nos tenemos, y ella solo tiene soledad.
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