16 dic 2007

La espera continúa

Un día normal, yo me encontraba sentada sobre la arena; esa arena de hermoso color y que al tocarla con mis manos, sentía como las diminutas piedras rozaban mis dedos. Yo estaba ahí, disfrutando del delicioso sabor de la brisa que brotaba con cada ventarrón que a tiempos se venía.

Amaba estar ahí y ver a las gaviotas volar tan felices, volar muy lejos de mi presencia. Deseando a momentos que yo fuese como una gaviota y volar hacia donde estas. Observaba como las olas tocaban suavemente mis pies, mojando mi piel y dejándome esa sensación de frescura en la misma.

En esas, una nube gigante de recuerdos invadió cada parte de mis más lejanas memorias. Yo sentada ahí, el viento corriendo agradablemente y pensando en tus hermosos ojos. Esa nube tomó un color grisáceo y en partes aún se mantenía blanco. No hacía ni 10 segundos de tal fenómeno cuando mis ojos se humedecieron, dificultando así mi vista. Mi vista ya un poco más nublada, no podía ni siquiera distinguir la palma de mi mano.

- Pero que lluvia de recuerdos - limpiaba las lágrimas en mis ojos - No sé si estoy feliz y triste por recordar viejos tiempos.

De pronto, un pequeño cangrejo detuvo su curso frente a mi. Supuse que este cangrejo había notado mi soledad y mi tristeza. Así que ahí estuvo este cangrejo, haciéndome compañía.

- Sabes, la mayoría de los recuerdos que tengo de él son muy felices y me agrada que estén todavía presentes en mi memoria. Pero el resto de mis recuerdos son algo...melancólicos. Me pone más triste ponerme a pensar que ya no lo tengo a mi lado, haciendo que llore sin parar, que llore mares de lágrimas. Tal monomanía me hizo esto.

El cangrejo no se quejaba ni celebraba que yo estuviese diciéndole esto, él solo permanecía ahí, notando como mi voz se quebraba por el llanto.

- Lindo cangrejo, tu que puedes ir más allá sin que nadie te lo impida, hazle saber a él que lo amo con todo mi corazón, es más - sacaba mi corazón del pecho - toma mi corazón y llévaselo.

El cangrejo colocó mi corazón en su caparazón. Y viéndome por última vez, se dio la vuelta y siguió su camino hacia el horizonte. Eso pasó, yo sentada sobre la arena, aún sigo esperando que seas tú quien regrese a salvarme de esta soledad, con mi corazón en tus manos.

Si, la espera continúa - me dije mientras contemplaba el ocaso
.

3 comentarios:

Fel. dijo...

el cangrejo nunca llegó, sabes?.
anyway, lo añejo sabe mas rico. como el vino!

Anónimo dijo...

o quiza fue q si llego, solo q servido en un plato en algun restaurante xD

que este y siga bien.

he took away your troubles, but then again he left pain - the smiths

Anónimo dijo...

el cangrejo no era lo importante , era el corazón , no ?